domingo, 20 de septiembre de 2009

Tomas Garrido Canabal, enemigo personal de Dios

En el amplio territorio que es México hubo quienes se metieron al movimiento revolucionario en busca de poder y de riqueza. Uno de estos hombres fue Tomás Garrido Canabal, quien amparado por la protección de Alvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, logró ser gobernador constitucional de Tabasco a partir del 1º de enero de 1923.

Aunque había nacido en Chiapas proveniente de una rica familia de terratenientes, estudió la primaria en Tabasco, la secundaria en Jalapa y compró su título de abogado en Campeche.

Hombre absolutamente sin escrúpulos, Garrido Canabal "no cree en Dios, ni en su raza, ni en la patria, ni en la familia, ni en su padre, ni en su madre, ni en la moral, ni en la ley, ni en el honor, ni en la buena reputación, ni en la propia estimación, ni en los principios, ni en ninguna doctrina. Sólo cree en el éxito y tiene una bestial e insaciable ansia de mando" (Dr. Rodolfo Brito Foucher, El Día, México, D.F., 3 de febrero de 1936, p.9). Todas las ideas inmorales que guiaron a Garrido Canabal a lo largo de su vida, las absorbió de lo que vio en las haciendas de su padre. Siempre fue un hombre rústico, sin cultura y de pésimos modales.

Por eso, durante su gobierno, Tabasco se "distinguió" por contar con profesores que no sabían leer ni escribir. A los niños sólo se les enseñaba cantos en los que se alababan las proezas de Calles y Garrido Canabal. Los espías, los matones, las prostitutas y todo aquel con mala reputación recibieron nombramientos de profesores. Podemos imaginarnos hasta qué nivel descendieron las buenas costumbres y la decencia bajo la administración de Garrido Canabal.

Con la finalidad de reprimir o de acabar a sus opositores, el gobernante tabasqueño creó un cuerpo de élite llamado Camisas Rojas, al que tenía que pertenecer obligatoriamente la juventud de ese Estado. A sus esbirros, gente de la peor ralea, les afilió en las llamadas Ligas de Resistencia, que servían para apalear y asesinar brutalmente a los campesinos y trabajadores disidentes.

Con estos dos brazos de represión, Garrido Canabal acabó con todo tipo de oposición en Tabasco, convirtiéndose en un gobernante absoluto. Por medio de las Camisas Rojas aterrorizaba a la población utilizando la tortura como el pan nuestro de cada día. "Administró" Tabasco como si fuera una enorme hacienda en la que él era el amo y, su palabra, la ley. Cada comerciante, fabricante o negociante era obligado a pagar una contribución que cobraban personalmente sus esbirros y cuando Garrido Canabal lo deseaba, aquellos dejaban notas con el siguiente texto: "El licenciado necesita tal cantidad de dinero. Usted tendrá que cooperar con tantos pesos. Se servirá pagar o esperar las consecuencias". Todos pagaban.

Si al visitar las haciendas Garrido Canabal veía algún caballo o un toro de pura sangre o alguna cosa que le gustara, el dueño tenía la obligación de regalárselos. De esta forma, haciendas enteras pasaron a su poder por muy bajo precio e incluso por nada.

Para agosto de 1935, la familia Garrido era poseedora sólo en Tabasco de casi 26 mil hectáreas de tierras, más las que tenía en Chiapas, en Luisiana y en otros sitios.

Pero fue en el ámbito religioso donde Tomás Garrido Canabal dejó aflorar la enorme maldad que puede albergar el alma humana. El odio tan grande que sentía por todo lo que oliese a religión, lo hizo convertirse en el más vil, rastrero, bestial y salvaje perseguidor de la Iglesia en la historia de México. Todos los sacerdotes, religiosos y el obispo de aquella región tuvieron que esconderse o fueron encarcelados, asesinados o desterrados. Todas las iglesias fueron cerradas y sus altares destruidos, siendo demolidas la mayor parte para construir canchas de béisbol o básquetbol. Los únicos lugares donde se podía ver una cruz era en los cementerios. Durante ¡catorce años! no se vio en Tabasco ni un obispo, ni un sacerdote.

Este es el hombre a quien vergonzosamente Lázaro Cárdenas nombró, en diciembre de 1934, secretario de Agricultura. Para tomar posesión como nuevo ministro en el gabinete cardenista, Garrido Canabal voló a la Cd. de México en un avión pintado de rojo y negro, los colores de la bandera soviética con el fin de complacer a Cárdenas, que se las daba de comunista. Junto con él viajaron su esposa y su hija Zoila Libertad. Tuvo dos hijos varones, uno que se llamó Lucifer y otro que se llamaba Lenin.

Ya como ministro de Agricultura, dio en celebrar los Sábados Rojos, con diversiones vulgares y sacrílegas que terminaban en verdaderas orgías. Tanto él como sus subalternos portaban tarjetas de presentación con el texto siguiente: Arnulfo Pérez H., Oficial Mayor de la Sec. de Agricultura, Miembro del Congreso Federal, Miembro del Partido Nacional Revolucionario, Enemigo Personal de Dios. En 1936, este "enemigo de Dios" fue nombrado vicepresidente de la Cámara de Diputados gracias a la protección que le brindaba el Presidente Cárdenas.

Cuando Garrido Canabal entraba todas las mañanas al patio de la secretaría que encabezaba, los Camisas Rojas lo saludaban y él les gritaba: ¿Hay DIOS?, y ellos contestaban: ¡Nunca lo hubo! Los Camisas Rojas eran un grupo de rufianes, inspirados en grupos fascistas de Italia y Alemania, que se distinguían por sus insultos a los católicos que asistían a las iglesias, por quemar imágenes religiosas y por armarle escándalos al clero.

Uno de estas provocaciones sucedió el 30 de diciembre de 1934, en Coyoacán. Ahí, frente a la iglesia de San Juan Bautista, un grupo de Camisas Rojas comenzó a ofender a los feligreses. Como éstos reclamaron airadamente, los esbirros de Garrido Canabal abrieron fuego, matando a cuatro personas. Este acto causó gran molestia a los habitantes de la capital, quienes exigieron la aprehensión de los Camisas Rojas y, aunque la policía los detuvo, Garrido Canabal ordenó su inmediata liberación.

Miles de manifestantes protestaron frente al Palacio Nacional pidiéndole a Cárdenas la destitución de Garrido Canabal, pero el presidente, para dejar claro de qué lado estaba, respondió decretando el 8 de enero de 1935, una nueva ley que hacía obligatoria la enseñanza socialista en las escuelas particulares amenazando con cerrar a las que no obedecieran. La clausura de escuelas se propagó como el fuego. En Monterrey más de cinco mil niños quedaron sin estudiar al clausurarse 27 escuelas en un solo día, mientras que en León fueron cerradas 70 y en Guadalajara 86; aunque centenares fueron clausuradas en todo el país.

Para comprometerlos a enseñar la educación socialista, los profesores eran obligados a firmar declaraciones en las que aceptaban lo que el gobierno cardenista imponía. Un ejemplo de estas declaraciones, exigida en Yucatán en enero de 1935, la transcribimos a continuación: "Yo... ante el Depto. de Educación Federal acepto sin reservas el programa de educación socialista y que soy propagandista y defensor de dicho programa. Declaro que soy ateo, enemigo irreconciliable de la Iglesia Católica y que me esforzaré en destruir y acabar con el ejercicio de la religión, y que estoy dispuesto a oponerme al clero donde y cuantas veces sea necesario. Al mismo tiempo, declaro que no permitiré ninguna práctica religiosa en mi hogar ni imagen alguna, ni permitiré que mi familia asista a ningún acto religioso"

La agricultura mexicana tuvo su peor período entre las administraciones de Carranza y Avila Camacho a causa de la guerra civil, la destrucción y el abandono de cientos de haciendas y de la tristemente célebre y equivocada reforma agraria implantada por Lázaro Cárdenas. Este presidente cometió también el error de nombrar como secretario de Agricultura, a un loco e inepto y con repugnantes antecedentes como Tomás Garrido Canabal. Durante el tiempo que este hombre "dirigió" los asuntos de la agricultura nacional, ésta se hundió a niveles nunca antes vistos. Cabe señalar que, aunque Cárdenas se empeñó en expropiar tierras que no eran suyas hasta dejar la agricultura del país convertida en un mayúsculo desastre, los latifundios de su amigo Garrido Canabal, nunca fueron expropiados.

Tomás Garrido Canabal murió el 8 de abril de 1943 en un hospital de Los Angeles, California, a los 52 años. Su defunción se debió a múltiples tumores en los huesos. Fue incinerado y sus cenizas debieron ser esparcidas sobre Tabasco pero el presidente Ávila Camacho negó el permiso. Había muerto el necio, el inmoral, la maldad hecha hombre; pero el daño que le hizo a Tabasco en el aspecto religioso, moral y educativo fue inconmensurable. Muchos años tardaría la Iglesia tabasqueña en recuperarse de la enorme tribulación que sufrió bajo el desgobierno de Garrido Canabal.

Su despotismo, el odio irracional que sentía contra Dios y su afán de destruir en sus dominios a la Iglesia, hicieron retroceder a Tabasco hasta los tiempos primitivos del Génesis: "La tierra estaba vacía y sin nada, y las tinieblas se cernían sobre la faz de los abismos". Ese era el sentimiento que imperaba entre los tabasqueños después de la caída de Tomás Garrido Canabal, el "enemigo personal de DIOS"-

tomado de:


La Revista Peninsular, S.A. de C.V.,

revista@sureste.com





lunes, 14 de septiembre de 2009

MIGUEL HIDALGO, PADRE DE LA FALSA INDEPENDENCIA


Cuando un historiador verdaderamente católico trata de personajes consagrados como héroes por el liberalismo imperante en la historia oficial mexicana, puede causar resquemores, dudas, incomprensión o franca antipatía aún entre los lectores que dicen pertenecer a la religión católica.
Pero cuando se trata del llamado “Padre de la patria mexicana”, como aparece en los libros y documentos oficiales y cuando se le rinde el máximo homenaje popular en la llamada fiesta nacional del 15 de septiembre, entonces no falta quien descalifique, a priori, al que se atreva a derribar ese supuesto héroe de su pedestal.
Durante casi doscientos años (1) ha sido tan intensa y constante esta falsa afirmación, dada desde las altas esferas políticas y gubernamentales hasta los más modestos ayuntamientos o alcaldías y, por supuesto, en todos los centros educativos laicos y no pocos religiosos, dentro y fuera del país donde existen comunidades mexicanas. Que aquí nos encontramos con un caso muy grave de distorsión de la verdad histórica, de suplantación de la realidad por ocultamiento de los motivos que llevaron a Miguel Hidalgo a semejante empresa revolucionaria. Y de la extraña paradoja que han contemplado unas diez generaciones de mexicanos; de ver elevado a los altares liberales anticristianos a un sacerdote de la Iglesia Católica nombrándolo Padre de la Independencia mexicana”. Pero, vamos a demostrar que no hay contradicción, que todo está lógicamente encadenado por el hilo conductor de la actuación de las sociedades secretas entre los individuos y los pueblos ajenos a ellas.
También, el sentido cristiano de la historia nos obliga a reconocer a Jesucristo como centro y fin de la historia universal, Él marca los lineamientos para juzgar, para relatar los hechos y los personajes que han influido en las naciones a través de los tiempos.

Las razones de la Independencia

El rey de España Carlos III, influido por sus ministros masones, decretó el edicto de expulsión de los padres jesuitas el 1º de abril de 1767. Con ese infeliz acto, la enseñanza verdaderamente católica quedó herida de gravedad. Tanto los hijos de las familias principales como los humildes indios de las misiones del norte quedaron sin su protección, a merced de las nuevas ideas filosóficas disolventes de la moral católica, porque los sacerdotes y religiosos de las otras órdenes no fueron capaces de conservar la ortodoxia de la Fe.
Las ideas naturalistas y liberales de los filósofos ingleses, franceses y angloamericanos protestantes pronto influyeron en la mente de las clases educadas, tanto laicos como sacerdotes irreflexivos que quisieron ponerse a la moda de los franceses.
Sin embargo, en el fondo de todo esto, estaba el movimiento de las logias para desmembrar el Imperio Español Católico a favor de las nacientes repúblicas democráticas y masónicas: Los Estados Unidos de América en 1776 y la República Francesa anticristiana de 1789.
El joven Miguel Hidalgo y Costilla tiene varias facetas en su personalidad, las principales son: su actuación pública como sacerdote y como revolucionario, y la privada, como todo ser humano.
El cura Hidalgo nació el 9 de mayo de 1753 en la hacienda de San Diego de Corralejo, en la jurisdicción de Pénjamo, en la Intendencia de Guanajuato. Fué el segundo de los cinco hijos del matrimonio formado por Cristóbal Hidalgo y Costilla y Ana María Gallaga Mandarte Villaseñor, criollos ambos. Sus primeros estudios los hizo en la hacienda donde vivían sus padres. A los doce años de edad fue enviado junto con su hermano Joaquín, a la ciudad de Valladolid al colegio de San Francisco Javier, atendido por los padres jesuitas, de ellos fue alumno solamente dos años, privándolo de esa sólida formación la expulsión de sus maestros por el edicto de 1764.
De regreso al colegio de San Nicolás se puso a estudiar Teología escolástica, sin embargo no pudo terminar su carrera porque tuvo riñas con sus compañeros, que lo apodaban “el zorro” por su comportamiento astuto y sus ojos color verde amarillento. Miguel Hidalgo fue expulsado del Colegio, aunque perdonado mas tarde, terminó sus cursos con las más altas calificaciones, lo que le hizo recibir el honor de presentar su examen en la Pontificia de la ciudad de México. Siendo ordenado sacerdote en 1778.
Ya como sacerdote comenzó a desempeñar diversas cátedras en el Colegio de San Nicolás de Valladolid, aprendió los idiomas francés e italiano, y entendía algunas lenguas indígenas. Desempeñó tan brillantemente su profesorado que en una década llegó a ser el Rector más joven en la historia del Colegio.
El cura impío Miguel Hidalgo


Entre los años 1790 y 1800, el señor rector comenzó a olvidar sus deberes de eclesiástico dedicándose a la vida social, organizaba fiestas y tertulias literarias, leía los libros prohibidos por el Tribunal del Santo Oficio, especialmente los que llegaban de contrabando desde Francia y de los Estados Unidos, reunía en su casa a muchos sospechosos de profesar las ideas de la Revolución francesa, donde se comentaban con desusada libertad los principios anticristianos de los filósofos Juan J. Rousseau y Francisco M. Arouet alias Voltaire. (4).
Hacia el año de 1792, el cura Hidalgo era un gran empresario en todo tipo de inversiones, mayormente en la agricultura y en las artesanías hasta hacerse un hombre rico. Sin embargo, su pasión por el juego le llevó a contraer cuantiosas deudas, se enemistó con el Cabildo de Valladolid y fue citado por el Tribunal de la Inquisición, acusado de trato deshonesto con mujeres y de vivir amancebado con una señora de quien tenía dos hijos. A causa de todo esto tuvo que renunciar a su rectoría en el Colegio, pagar sus deudas con una de sus haciendas y marcharse precipitadamente a la ciudad de Colima para servir un curato por orden del Obispo.
Luego, en 1793 el Obispo le concedió los cargos de cura, vicario y juez eclesiástico de San Felipe en Guanajuato. Ahí formó una extensa biblioteca con autores franceses de libros señalados en el índice como Anticatólicos. Desde San Felipe hacía frecuentes viajes a Dolores, Lagos y Guanajuato donde tenía multitud de conocidos, la mayoría, desorientados súbditos que veían en el cura a una persona capaz de guiarlos en aquella época prerrevolucionaria.
En el año de 1798 el Cabildo de Valladolid volvió a acusarlo de no pagar sus nuevas deudas de Juego, de leer libros prohibidos, de propagar actividades sediciosas y proferir herejías de corte protestante.
Esta segunda llamada del Santo Oficio tampoco tuvo eco en quienes debían sancionar sus desvaríos doctrinales y morales, pues su expediente se archivó como había sucedido con el primero.
En 1802 consiguió ser cura del pueblo de Dolores a la muerte de su hermano el cura José Joaquín, en esa localidad se asentó con toda su familia continuando su vida social y ocupándose de todo menos de sus fieles a quienes dejó encargados al padre Francisco Iglesias.
Toda esa época hasta el año de 1810 se le ve ilustrándose y llenando su vida de toda clase de placeres y actividades fuera de la Religión viviendo amancebado con otra mujer de quien tuvo otras dos hijas: Micaela y Josefa. También Miguel Hidalgo y Costilla había perdido completamente la Fe no estamos seguros de si alguna vez la tuvo, ya que, tanto él como muchos de los candidatos a ser ministros de Jesucristo entraban en los seminarios para ser sacerdotes y disfrutar del ascendiente y bonanza económica que les daba ser cura de alguna parroquia, sin tener realmente vocación de servicio a Dios y a las almas. Esta es la principal razón de que hubiese tan gran número de sacerdotes revolucionarios.

El masón Miguel Hidalgo y Costilla

El norteamericano maestro masón Richard E. Chism en su “Historia masónica de México” afirma que en 1806 se formó en la ciudad de México una Logia masónica del rito de York, es decir, de obediencia inglesa. Y que en ese año en la casa no. 5 de la calle de las Ratas (hoy Bolivar) fueron iniciados Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Miguel Domínguez corregidor de Querétaro y otros. El maestro masón grado 33 Dr. Julián Gascón escribe en su tratado “Los primeros masones y la formación del supremo consejo de México” exactamente lo mismo.
Hidalgo tenía un Plan que le había proporcionado un antiguo jesuita que vivía en Querétaro. Era en líneas generales el Plan que la Logia de Nueva Orleáns en los Estados Unidos había confeccionado para llevarlo a cabo por medio de aquellos revolucionarios que fueran escogidos por ella.
La razón de que los políticos liberales rindan homenaje a un sacerdote católico y lo llamen “Padre de la Independencia y de la Patria es precisamente porque este cura era masón obediente a los dictados de la secta, para destruir la Nueva España en beneficio del gobierno norteamericano. Entre las primeras disposiciones que emitió su gobierno itinerante estuvo la de mandar a Pascasio Ortiz de Letona a Estados Unidos pidiendo ayuda material y moral para los insurgentes.

El revolucionario Miguel Hidalgo y Costilla
Por la denuncia de la Revolución en la ciudad de Querétaro, los acontecimientos precipitaron el inicio de la revolución, el pueblo de Dolores, el 16 de septiembre a las 6 de la mañana se inició una auténtica guerra civil de muerte y destrucción.
Vaciando las cárceles de criminales, armándolos y reuniendo entorno suyo a toda la plebe de los lugares que pasaba, incitándolos al robo del que algo tenía, marchaba como jefe absoluto, no de un ejército sino de una desordenada banda de forajidos. Los que tenían algún resentimiento, maldad, codicia o venganza contra alguien se le iban agregando. Tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe como bandera de la revolución para engañar mas fácilmente al pueblo devoto instándolos, con ello, a no hacer resistencia.
Podemos afirmar que su carrera fue meteórica. Pronto cayeron bajo su férula San Miguel, Celaya Guanajuato, Valladolid y los principales pueblos de Michoacán, siguió hacia Toluca y se dirigió a la ciudad de México deteniendo su marcha a muy poca distancia de ella. Habían pasado menos de dos meses desde el llamado “Grito de Dolores” y su influencia crecía de semana en semana. Casi sin enfrentar ninguna batalla seria y por la ayuda de otros revolucionarios entró en Guadalajara el 28 de noviembre, esta ciudad, como las anteriores, estaba ganada por la infiltración de las logias entre las personas principales. El pueblo de la capital de la Nueva Galicia se le entregó lleno de júbilo, a tal grado que en la Catedral se cantó un Te Deum en su honor y después un suntuoso banquete y baile en el Real Palacio donde se alojó.
Sus incondicionales comenzaron a dirigirse a él como “Su Alteza Serenísima”, pero, nada de lo anterior evitó que “Su Alteza” ordenara mas tarde degollar a todos los europeos prisioneros de las turbas, lo mismo hacía en todas las poblaciones que tomaba. En Guadalajara no bajaron de mil los asesinados.Hidalgo se presentaba como el “Libertador de los pueblos oprimidos”, ofrecía a las chusmas que serían dueños de las tierras y de las riquezas de los europeos.
Hastiados de los excesos de Hidalgo, Allende y sus propios compañeros revolucionarios consultaron a varios sacerdotes sobre si sería lícito darle veneno para evitar tantos asesinatos. Después de ser derrotado Hidalgo por el general Calleja en Puente de Calderón, Allende y los otros jefes revolucionarios finalmente decidieron separarlo del mando amenazándolo de muerte. Comenzó entonces la declinación de su estrella, en la huída de los revolucionarios rumbo a los Estados Unidos iba prisionero con guardias para que obedeciera lo que se le dictaba.
Los jefes revolucionarios decidieron huir hacia el norte hasta Texas para alcanzar después la frontera con la Louisiana y obtener la ayuda material y moral ofrecida por el presidente James Madison de los Estados Unidos. Así que emprendieron la marcha hacia la ciudad de Chihuahua, pero el 21 de abril y por medio de una estratagema del capitán Francisco I. Elizondo (6) fueron apresados todos en la población de Acatita de Baján y llevados maniatados con hierro a la ciudad de Chihuahua donde comenzó su proceso.
Los interrogatorios, la degradación de Hidalgo de su condición sacerdotal, el juicio del Tribunal de la Inquisición, la Junta de Guerra y todo lo concerniente a sus delitos con los testigos etc., etc. tardaron más de dos meses. El 30 de julio de 1811 a la hora del alba Miguel Hidalgo y Costilla de 53 años cumplidos cayó muerto por el pelotón de fusilamiento. ¿Qué pensaría ese cerebro, cuyo corazón estaba corrompido hasta la médula antes de su ejecución? Cuando el capitán Simón Elías le preguntó por su último deseo antes de morir, Hidalgo pidió que le trajeran una jarra con leche y unos dulces….. (7)

Efectos de la Revolución de Miguel Hidalgo y Costilla

En tan solo 11 meses de campaña revolucionaria la sociedad de la Nueva España había quedado conmovida hasta sus cimientos, todas las capas de la población se veían con desconfianza. Había fomentado el odio entre españoles europeos y americanos, entre las diversas razas que poblaban el extenso país, entre los ricos y los pobres, entre los curas de pueblo y las autoridades de la Iglesia. En ese corto espacio de tiempo los trescientos años de estabilidad y paz se habían destruido para siempre.
En cuanto a la Iglesia Hidalgo fue enemigo de las órdenes monásticas, humilló cuanto pudo a la jerarquía eclesiástica coartando la libertad de su jurisdicción y mandando asesinar a incontables sacerdotes, solamente por el delito de ser europeos.
Su rebelión fue el principio de la destrucción del país cuya independencia fue lograda por don Agustín de Iturbide el 27 de septiembre de 1821 con el Imperio Católico que duró solamente dos años a causa de la intervención de la República democrática norteamericana y sus logias. Perdiendo, México, su verdadera independencia para siempre.
La revolución de Independencia no fue ideada por Hidalgo ni su voluntad tampoco era la que imperaba en ella, pues es bien sabido que Hidalgo y Allende eran masones, y como tales, ciegos y dóciles a la voluntad de las logias. Las órdenes venían del jefe supremo de la masonería universal residente en Charleston USA.
Por lo expuesto anteriormente, Miguel Hidalgo y Costilla, no fue prócer de la Independencia de México ni menos Padre de la Patria

Luis G. Pérez de León Rivero


Notas y Bibliografía:
En el año de 1823 la Asamblea o triunvirato que estaba encargada del gobierno después de la abdicación de Iturbide con Emperador, ya hablaba de constituir una república democrática de corte yanqui y había elevado a Miguel Hidalgo como Prócer de la Independencia.

(2) Francisco María Arouet alias Voltaire, influyente filósofo, escritor y poeta, todo su pensamiento está impregnado de naturalismo y liberalismo, a pesar de haberse educado por los jesuitas en París, empleo su viva inteligencia en esparcir sus ataques a la Iglesia Católica.La masonería internacional adoptó su pensamiento destructivo para destruir el Orden Cristiano.
La Masonería es el Misterio de Iniquidad de que habla San Pablo en su 2ª. Epístola a los Tesalonicenses, extrae de los individuos que selecciona, todos los instintos bestiales que un hombre pueda tener y los encausa para sus fines de destrucción del orden cristiano (5). Cualquier individuo, una vez comprometido bajo juramento con los jefes de la Secta va a poner en práctica los horrores de su innata maldad.
El Capitán de milicias Francisco Elizondo que estaba retirado en el Norte y había dejado las huestes de Hidalgo poco antes, de acuerdo con los realistas, aparentó volver con los que huían y vitoreándolos los pudo desarmar y poner presos.
(5) “La cuestión religiosa en México”, Fco. Regis Planchet ,1957
BIBLIOGRAFIA:
Alamán Escalada Lucas, “Historia de Méjico”, Fondo de Cultura Ec. S. A. de C. V. Ed. Facsimilar; México 1985. 5 Tomos
">Documentos Históricos Mexicanos, Consejo Nacional de Fomento Educativo, Ed. Facsimilar, México 1985.
Enciclopedia de México, SEP. México 1988.
Gascón Julián Dr. “Los primeros masones y la formación del Supremo Consejo de México”, Ed. Vertiente, México 1994.
Gibaja y Patrón Antonio, “Comentario Crítico, Histórico, Auténtico a LAS REVOLUCIONES SOCIALES DE MÉXICO”, Ed. Tradición, México 1983. 5 Tomos
Gran Enciclopedia “Círculo de Lectores”, Plaza y Janés, Barcelona 1987.
Pérez de León Rivero Luis, Apuntes propios, “El Destino Manifiesto angloamericano es de origen calvinista”.
Regis Planchet Francisco Pbro. La Cuestión Religiosa en México”, Imp. Moderna, Guadalajara, México 1987.
Sánchez Ruiz Pedro  “Nacimiento, Grandeza, Decadencia y Ruina de la Nación Mejicana Ed. Honor y Fidelidad 2005.


SEPTIEMBRE EL MES DE LA PATRIA

Desde hace casi doscientos años, en México, se ha dado en llamar a septiembre  “Mes de la Patria”; efectivamente lo es. Un mes de regocijo, de fiesta, de banderas tricolores, de desfile militar, y de vacaciones.  En este mes hay cuatro  fechas principales: Una, de heroísmo, el 13; otra inventada, porque no sucedió nada extraordinario, el 15; otra más, de destrucción, de sangre y muerte, el 16, y finalmente la de Libertad e Independencia nacionales, el 27 de septiembre de 1821.
El 13 de septiembre de 1847. Una sección del ejército invasor yanqui, tomó el castillo de Chapultepec en las afueras de la capital de México, defendido por los jefes y alumnos del Colegio Militar, al mando de los generales Nicolás Bravo y José Mariano Monterde.
Cayeron muertos por las balas enemigas seis jóvenes adolescentes aún: Juan de la Barrera, Vicente Suárez, Agustín Melgar, Francisco Márquez, Juan Escutia  y Fernando Montes de Oca. Héroes sin mancha, como algún poeta ha escrito. Defendieron a México por patriotismo puro sin estar comprometidos con algún partido político. Otros tres alumnos quedaron heridos de gravedad: Andrés Mellado, José Hilario Pérez de León Cárdenas y Agustín Romero.   
 Fueron apresados once jefes y dos compañías de alumnos, de 20 y 25 combatientes cada una.
El 15 de septiembre de 1847. . Fue el día de la mayor ignominia para la nación; el general en jefe de las tropas yanquis invasoras, dio la orden de arriar la bandera mexicana del mástil superior del Palacio Nacional y colocar, en su lugar, la bandera de las barras y las estrellas donde permaneció por lapso de un año.  Día de duelo,  a menos que el  Partido Liberal quisiera celebrar esta fecha como “Fiesta Nacional”.
El 15 de septiembre de 1810. Nada extraordinario sucedió, salvo el plan apresurado de iniciar la Revolución al día siguiente. En la madrugada del 16,  Hidalgo, sigilosamente puso presos a los europeos ricos de la villa de Dolores y armó la los criminales detenidos en la cárcel.
El 16 de septiembre de 1810. Entre las 5 y 6 horas de la mañana, el cura Hidalgo mandó sonar el esquilón de la Iglesia de San José en su parroquia de Dolores, llamando a Misa. Y en compañía de los curas Gabriel Gutiérrez y Mariano Baeza, arengó a la población mas ínfima, repartiendo monedas de plata, se hizo de un estandarte con la imagen de la Santísima Virgen María con el que arrastraba a las masas y se protegía de cualquier ataque.
Miguel Hidalgo y Costilla no ideo ni comenzó la Revolución de 1810 por su cuenta, ni tampoco lo hicieron los militares que se le fueron agregando en los 11 meses que duró su insurgencia. Todos ellos pertenecían al Partido Liberal internacionalista cuya sede o cabeza estaba en la ciudad de Charleston, Carolina del sur, USA., desde el año de 1804, de ahí recibieron las órdenes de ejecutar el “Plan de Independencia”. Perfectamente estructurado, por ideólogos yanquis y franceses, agnósticos y protestantes,  este proyecto fue ideado para destrozar el Reino de la Nueva España, separarlo de la Corona española y apoderarse de sus  territorios y  riquezas. Atacando, de paso, a la Iglesia Católica para preparar las futuras “Leyes de Reforma” de 1857. Hidalgo no fue patriota ni inició ninguna Independencia.
El 27 de septiembre de 1821. Entró en la ciudad de México el Ejército Trigarante al mando del Gral. Agustín de Iturbide, después de 11 años de guerra civil entre novohispanos. Ese día fue la fecha de gloria nacional, pues la patria mexicana nacía como estado independiente, monarquía católica resultado de “Los Tratados de Córdoba”. Las Tres Garantías reconocían la RELIGIÓN católica como religión del pueblo mexicano, la INDEPENDENCIA de cualquier otra potencia y la UNIÓN de todos sus habitantes.
 El 19 de julio de 1824, el  Partido Liberal  asesinó a:
AGUSTÍN DE ITURBIDE: EL PADRE DE LA PATRIA.
Luis G. Pérez de León Rivero.

jueves, 10 de septiembre de 2009

EL VERDADERO PADRE DE LA PATRIA

EL 27 DE SEPTIEMBRE DE 1821 UNA NUEVA NACIÓN INICIABA SU CAMINO SU PROMOTOR AGUSTÍN DE ITURBIDE
SEMBLANZA

El 1 de enero de 1820 estaban listas las tropas españolas en el puerto de Cádiz, al mando del Comandante Rafael del Riego, para trasladarse al continente americano a terminar, de una vez por todas, con los movimientos de independencia apoyados por los enemigos de la España católica (1). España estaba exhausta, y estos diez mil soldados debían asegurar lo que ya se había ganado.

Hay que recalcar que España, anteriormente, había hecho el supremo esfuerzo de mandar más de 15 mil hombres de guerra para sofocar las insurrecciones americanas, comenzadas precisamente en 1808, cuando Napoleón tomó prisioneros al Rey Carlos IV y al príncipe Fernando, obteniendo la renuncia forzada de ambos al trono en favor suyo. La consiguiente ocupación francesa a ese infortunado acontecimiento, y la heroica guerra de independencia del pueblo español contra el usurpador José I, no fueron obstáculo para el envío de esas tropas. Otros 30 mil efectivos más se habían enviado a los virreinatos, desde que Fernando VII había tomado el poder en 1814 hasta 1819, cuando los liberales masones presionaron al Rey para que volviese a proclamar la Constitución de 1812.

Pero, el comandante Rafael del Riego, presionado por sus hermanos masones, se pronunció contra Fernando VII en vez de atravesar el océano para cumplir con su deber patriótico. El Rey, falto de carácter y amenazado por las logias de un levantamiento general juró de nuevo, el 10 de marzo de 1820,la Constitución de Cádiz de 1812 ya rechazada por él desde 1817. Este documento anticatólico, base de todas constituciones mexicanas posteriores, se iba jurando, con desagrado general, por toda España y por las ciudades y villas del Imperio Español en América.


Los acontecimientos de la Península se recibieron en la Nueva España con encontradas opiniones, hubo gritos de “Viva la Pepa”, así llamada por el pueblo a la Constitución de Cádiz por haber sido proclamada en ese puerto el 19 de marzo de 1812.


El virrey y todas las personas concientes del extremado peligro para la Iglesia las instituciones y la Fe del pueblo, dudaron sobre si era conveniente proclamar ese instrumento político y social, ideado por la Masonería, para desmantelar el Imperio desde la propia Corona española.


El pueblo novohispano en general no simpatizó con la decisión real, solamente se entusiasmaron con ella los integrantes del Partido Liberal (3), los “ilustrados” masones peninsulares y americanos que actuaban casi en secreto desde la abortada Independencia encabezada por el Lic. Primo Verdad, el Ayuntamiento de la ciudad de México y el virrey Iturrigaray, en septiembre de 1808.

Desde esa fecha hasta el año de 1820, los liberales habían ido aumentando considerablemente su número,y sus relaciones con la central de Chárleston y la Logia de Nueva Orleáns, eran ya, más estrechas. (4)
Los liberales del Virreinato se dieron cuenta de los titubeos del virrey Juan Ruiz de Apodaca por su deseo de no proclamar la Constitución de Cádiz, e instaron a los comerciantes de Veracruz, todos afiliados a la masonería obediente de Nueva Orleáns, a obligar al jefe militar y político del puerto, don José Dávila a jurar la Constitución.(5)

El triunfo de los liberales en España y la sujeción del Rey a las Cortes, había revivido los partidos políticos en la Nueva España, especialmente el Partido Liberal internacional que había estado actuando secretamente por 12 años y que ahora comenzaba a emerger de la oscuridad.
El virrey Apodaca tenía la vista fija en los Estados Unidos, porque sabía perfectamente que allí estaba el motor de las revoluciones suscitadas desde 1808, por ambicionar los territorios norteños del Virreinato (6)
La situación de España se había vuelto confusa y desordenada a partir de la proclamación real de la Constitución de 1812: protestas de unos y júbilo de otros,robos y crímenes, desmanes contra la Iglesia y su jerarquía; así que antes de esperar levantamientos como allá, el virrey Apodaca resolvió proclamar y jurar la Constitución.
Por otra parte, en el oratorio de San Felipe Neri de la Casa Profesa de la ciudad de México, se había formado una Junta secreta de personas prominentes de la sociedad,que con conocimiento del Virrey, buscaba separar a la Nueva España de la antigua, con Ruiz de Apodaca como Gobernador, mientras el rey Fernando se sacudía el poder de las Cortes liberales.

El paso siguiente sería encontrar un jefe militar con suficiente popularidad y don de mando para ejecutar el proyecto; la elección recayó en Agustín de Iturbide, recientemente nombrado por el mismo virrey para terminar con el foco insurgente que comandaba Vicente Guerrero.

Curiosamente, el proyectado plan de La Profesa no era muy diferente de los anteriores denunciados en 1808, 1809 y 1810, y la intervención internacional (que en 1816 comandaba Javier Mina (españoles, italianos, polacos, ingleses y angloamericanos). Solamente difería de los propósitos ulteriores: configurar una nueva nación independiente de cualquier otra; no anexarla a los Estados Unidos, como habían sido las intenciones de Primo Verdad, García Obeso, Mariano Michelena, el cura Iturriaga, el cura Hidalgo, Allende, Aldama, el cura Morelos, el cura José Ma. Cos, Javier Mina, el cura M. Ramos Arizpe y el cura Servando T. de Mier; todos ellos masones. (7)
La Nueva España, al cabo de 9 años de guerra de desolación había quedado en estado de completa ruina, tal como se les había ordenado desde Charleston a los insurgentes hasta Mina. Se había derramado mucha sangre de novohispanos. La paz y concordia que habían prevalecido en los Virreinatos durante 300 años  estaba rota, el Imperio Español resquebrajado en todas sus partes, la religión católica amenazada y nuestra cultura española que había englobado a todas las razas en un solo ideal, era despreciada por sus propios patricios encandilados por la “Ilustración” del liberalismo y el “libre examen” de la República yanqui.
Tanto en la Península como en sus posesiones americanas fueron legión, los que se enredaron en la telaraña de las logias, unos por malicia y otros por ingenuidad quedaron atrapados en la trampa tendida desde el Centro de Charleston. Con la proclamación de la Constitución de Cádiz, España y su Imperio habían quedado sujetos a la política expansionista de Washington
Anteriormente, en 1818, los Estados Unidos le habían usurpado a España las dos Floridas cumpliéndose la primera fase de la profecía del conde de Aranda (9).
El “Destino Manifiesto” (10) de los fundadores calvinistas y masones de los Estados Unidos, segunda republica anticatólica del mundo, la primera había sido la de Oliver Comwell en la Inglaterra de 1649 a 1659, y de ambas, la consecuente tercera República promovida en la Francia de 1789, marcaron el camino de los súbditos ambiciosos e irreflexivos de la Corona Española, buscadores todos, de empleos bien remunerados y poder para saciar su orgullo. (11)
Después del fracaso de los conspiradores de la Casa Profesa y ya con el nombramiento de Comandante de las Fuerzas del Sur, Agustín de Iturbide, queda en libertad de poner en práctica su Plan que él solo había concebido.
Iturbide,de 37 años, padre de 7 hijos, otros dos nacerían mas tarde, amante de su religión católica y de su tierra, inteligente y deseoso de ver a su patria unida, fuerte y respetada. Dotado de cualidades físicas suficientemente probadas en sus años de combate contra el desorden de los insurgentes, aunados a su especial atractivo, le abrían todas las puertas conquistando voluntades.

El 16 de noviembre de 1820 se encaminó a las tierras del sur de Nueva España para atraerse a los revolucionarios, más que para combatirlos.El Plan que traía entre manos era estrictamente secreto,consistía esencialmente en los siguientes puntos:

a) La conservación de la Religión Católica Apostólica Romana como religión de estado;
b) La absoluta Independencia de este Reino, estableciéndose en él una monarquía moderada, con el título de Imperio Mexicano, llamando para ocupar el Trono al rey Fernando VII o a otro príncipe de Casa reinante;
c) Y la Unión de todos los habitantes establecidos en este Reino.
Mientras tantea el terreno,con extremada prudencia escribe muchas cartas a toda clase de personas. Se pone en contacto con Vicente Guerrero a quien conocerá personalmente mucho después.

Por fin, convencido de que no hay remedio para la subsistencia del Imperio Español, y de que la mayoría de las opiniones de los que luchan en uno y otro bando está por la independencia de Nueva España , llamada entonces: la América Septentrional. Hizo circular su Plan entre personas de su confianza con el encargo de hacerlo extensivo a casi todos los jefes tanto realistas como insurgentes. Iturbide se dio cuenta de que eran muchos a los que repugnaba un gobierno monárquico conducido por Fernando VII, estaban ganados por la propaganda yanqui de instalar su república en estas tierras. Pero la mayoría de la gente conciente aceptaba el Plan de Iturbide, incluidas las autoridades virreinales que disimulaban. Una Monarquía Católica sería la garantía para evitar la Constitución masónica de 1812, pensaban.

A principios del año de 1821 Vicente Guerreo y su tropa de unos 2000 efectivos se adhirieron al Plan por lo que Agustín de Iturbide proclamó su Plan en la ciudad de Iguala el 24 de febrero de 1821. Al mismo tiempo reconocía “Los méritos que la América había obtenido de la Conquista y gobierno de la Corona Española, la nación más piadosa, heroica y magnánima, que había llegado el tiempo de que aquellas ciudades y pueblos opulentos, que aquellas provincias y reinos dilatados que España educó y engrandeció ocupase en el universo un lugar distinguido, siendo general deseo de la independencia entre los habitantes de todas clases, por lo que para uniformar la opinión, el ejército había jurado sostener el Plan.
Ese mismo día enviaba cartas al Virrey, al Arzobispo y a las personas principales de lo acontecido en Iguala.

El siguiente 1º. de Marzo estando reunidos todos los jefes de los cuerpos militares les habló de sus que contraerían con la nación que comenzaba su vida independiente y de las terribles consecuencias que vendrían sino se tomaban medidas prontas y eficaces para unificar opiniones y propósitos a fin de evitar el desorden y la anarquía.
Al día siguiente 2 de marzo se llevó a cabo la ceremonia de Juramento. Agustín de Iturbide y Aramburu como Primer Jefe de Ejército independentista:
“En gran habitación donde se alojaba Iturbide, al centro una mesa con el Crucifijo sobre un Misal, puestos en pié los jefes mientras el Capellán don Antonio Cárdenas, leyó el Evangelio del día, acercándose a la mesa el primer Jefe, puso la mano izquierda sobre el Santo Evangelio y la derecha sobre el puño de la espada prestó el juramento de manos del padre capellán en estos términos”:

“¿Juráis a Dios y prometéis bajo la Cruz de vuestra espada, observar la santa religión Católica, Apostólica y Romana?Sí juro”
“¿Juráis hacer la independencia de este Imperio guardando para ello la paz y unión de europeos y americanos? – Sí juro”
“¿Juráis la obediencia al señor D. Fernando VII si adopta y jura la constitución que haya de hacerse por las cortes de esta América Septentrional? – Sí juro”
“Si así lo hiciereis, el Señor Dios de los ejércitos y de la paz os ayude y sino os lo demande” (12)
En la tarde de ese mismo 2 de marzo, Iturbide hizo jurar en la Plaza de armas a todos los integrantes del nuevo ejército al que se le dio el nombre de “Ejercito Trigarante”, tomaba el nombre de los tres puntos principales del Plan original: RELIGIÓN CATÓLICA, INDEPENDENCIA, UNIÓN DE EUROPEOS Y AMERICANOS.

De Esta misma idea salieron los colores que debería llevar el nuevo lábaro o Bandera de las Tres Garantías que comenzó a ondear a partir de entonces: Tres franjas diagonales de izquierda a derecha:

BLANCO-RELIGIÓN; VERDE-INDEPENDENCIA; ROJO-UNIÓN

El virrey Juan Ruiz de Apodaca rechazó el Pan de las Tres Garantías y puso fuera de la Leya Iturbide, pero la mayoría de las guarniciones militares y las ciudades manifestaron su adhesión al Plan y se le fueron agregando. Victorioso, el Ejército Trigarante avanzó sobre la capital del Reino aumentando sus efectivos por donde pasaba.
Mientras esto sucedía en la Nueva España, en la antigua las Cortes habían nombrado, sin la firma del Rey a un nuevo virrey; Juan Odonojú, antiguo ministro del intruso José I hermano de Napoleón, Odonojú era miembro de la logia “Comuneros de Castilla”,obediente a la Masonería francesa y esta obediente a la Central de Charleston U.S.A. el ultimo virrey llegaba con la consigna de entregar el poder político al héroe de Iguala. Ya en Nueva España, Odonojú celebró con Iturbide el “Tratado de Córdoba” el 2 de agosto de 1821 con el que reconocía de hecho, la Independencia de la nueva nación. (13)

Pasaron varias semanas mientras se trataban de organizar las últimas fuerzas militares españolas al mando del Mariscal de Campo don Francisco Novella. Este, recibió al nuevo virrey con mucha desconfianza, pero por la situación de inferioridad en que se encontraba tuvo que entregarle el mando de Nueva España.Juan Odonojú esperó la entrada del Ejército Trigarante a la capital del reino, esta se efectuó el mismo día que don Agustín cumplía 38 años, EL 27 DE SEPTIEMBRE DE 1821 FECHA CONSIDERADA COMO EL NACIMIENTO DEL NUEVO ESTADO MONÁRQUICO Y CATÓLICO.

Los hermanos masones de los liberales novohispanos estaban aprovechando el genio, la popularidad y el esfuerzo de Agustín de Iturbide para separar el mejor reino de ultramar de la Madre Patria, elevar al trono del nuevo Imperio a su creador y luego traicionarlo, echarlo del país, acosarlo por Europa, traerlo de nuevo al país para asesinarlo sin ningún juicio. (14)

Pasaron los meses y solamente se había formado la Junta Provisional Gobernativa con la presidencia de Iturbide, mientras se resolvía el traslado al nuevo país, de algún príncipe europeo que aceptara la corona.

Por fin se constituyó el Congreso con individuos de varios partidos, EL 24 DE FEBRERO DE 1822.

A poco llegó a la capital del nuevo país la noticia del rechazo de la Corona Española al Tratado de Córdoba, esto provocó la efervescencia prevista por las logias masónicas. El partido iturbidista (Nacional Mexicano) era el más numeroso pero sin cohesión entre los miembros, en cambio los partidos opositores: Borbonista, Republicano Progresista (Liberal), apoyados por la Masonería internacional,hicieron un frente común contra el Plan de Iguala y sus Tres Garantías, por ser un Plan eminentemente católico.
Para evitar los propósitos de los liberales, el Partido Iturbidista se les adelantó, por decirlo así, proclamando a Agustín I como emperador, esto sucedía el 18 de mayo de 1822 cuando el oficial Pío Marcha al frente de un corto número de militares se presentó frente a la casa que ocupaba Iturbide. De inmediato se congregó una muchedumbre que fue creciendo hasta hacerse un auténtico movimiento popular, el pueblo de la capital deseaba a Iturbide como su gobernante. Los congresistas, en su mayoría, se reunieron en su sede el 19 de mayo y proclamaron:

EL 21 DE MAYO SIGUIENTE A AGUSTÍN DE ITURBIDE COMO EMPERADOR DE LA AMÉRICA MEXICANA.
 
Iturbide aceptó él título de Emperador, pero el Congreso, donde ya se formaba el PARTIDO LIBERAL, invento de las Logias masónicas, presionó con su fuerza internacional, para hacer imposible su gobierno. El reinado de Agustín I duró solamente10 meses, del 19 de mayo de 1822 al 23 de marzo de 1823, el Partido Liberal Internacional había destruido el primer y único Emperador. El historiador A. Gibaja y Patrón asienta en el Capítulo XXV del TomoII de su Obra “Las Revoluciones Sociales de México” lo siguiente que copio a la letra: “Uno de los primeros cuidados del señor Iturbide luego de que se eligió Emperador, fue enviar a los Estados Unidos del Norte un ministro plenipotenciario para que promoviese el reconocimiento de la independencia de México y de la nueva dinastía imperial………el gobierno y el pueblo de los Estados Unidos así como tenían fuertes simpatías para reconocer la simpatía la independencia  de los nuevos estados americanos, (todos republicanos), y de entrar en relaciones con ellos (ellos mismos los habían promovido),no disimulaban su disgusto al ver levantarse en el país vecino una monarquía, cuyo principales apoyos serían un ejército formidable (mas de 50 mil efectivos) y el influjo del clero católico, elementos corrosivos para los países libres y republicanos”.
“Lo que le repugnaba al gobierno de los Estados Unidos, no era tanto, la monarquía establecida en un país americano, ni el influjo del ejército y del clero, sino lo que le estorbaba, era el establecimiento de un gobierno puramente nacional mexicano, a quien no tenía bajo sus órdenes para que le sirviese incondicionalmente”El Imperio no había salido de las manos del gobierno de los Estados Unidos, sino de los propios mexicanos fieles a su religión católica, y a sus tradiciones novohispanas, encabezados por quien los debía haber gobernado, don Agustín de Iturbide quien dando el golpe maestro para ello, aprovechó el momento y circunstancias políticas que se presentaron en 1821.

La guerra de los poderes que guiaban el “Destino Manifiesto angloamericano” no tardó en producirse. El levantamiento del Plan de Casa-Mata iniciado por Antonio López de Santana e instigado por el gobierno del presidente James Monroe a través de sus agentes en México, hizo caer del trono al Emperador, fue expulsado con su familia a Italia donde no pudo vivir tranquilo, pues era acosado constantemente por las logias en la prensa italiana, quiso residir en Londres pero, fue instado con engaños en Londres a regresar a México, al desembarcar en la costa de Tamaulipas fue fusilado en el pueblo de Padilla, Tamaulipas el 19 de julio de 1824. Sus restos se encuentran actualmente (2008) en la Capilla dedicada a San Felipe de Jesús, primer santo mexicano, en la Catedral Metropolitana de la ciudad de México.
El historiador don Lucas Alamán quien no le era muy afecto, se expresa de él como uno de los dos mejores hombres que había dado la América; el otro, Simón Bolívar.

Sus últimas palabras ante el pelotón que lo llevó a la muerte fueron:

“Mexicanos, en el acto mismo de mi muerte os recomiendo el amor a la patria y a observancia de nuestra santa religión católica, ella es quien os ha de conducir a la gloria, Muero por haber venido a ayudaros, muero con honor….


Colaboración de:
Luis G. Pérez de León Rivero


CITAS Y NOTAS:
(1) Los Estados Unidos, Francia e Inglaterra; quienes con una ambición sin límites, intentaban repartirse las posesiones de la Corona Española en América, aprovecharon las maniobras de Napoleón contra España para revolucionar los Reinos de ultramar. Estas tres potencias actuaban entre los “ilustrados” hispanoamericanos y peninsulares, a través de las sociedades secretas o Logias masónicas, cuyo centro mundial del mando ideológico estaba el la ciudad de Charleston, puerto fundado por los ingleses en el siglo XVII justo en el paralelo 33 latitud norte, Carolina del sur, U.S.A.
L. Pérez de León, “Apuntes sobre El Destino Manifiesto”
“El poder legal de las Cortes estaba sometido a otro más absoluto y esencialmente revolucionario. Se habían organizado las sociedades llamadas patrióticas, que venían a ser el órgano público de las secretas, así como "la Guardia Nacional" era su fuerza armada, eran un remedo de los clubes que se formaron en Francia a principios de la Revolución. A.Gibaja y Patrón, Tomo II, pag. 241.
“El Partido Liberal es la forma política que contiene la filosofía, la ciencia y la moral de la Masonería, aplicándolas a la organización de los pueblos, con la tendencia a formar un solo gobierno universal. O más sencillamente puede decirse: El Partido Liberal es la forma política del judaísmo”. “Las Revoluciones sociales de México”, A. Gibaja y Patrón, Tomo I, Cap. I, pág. 2, año 1920, Ed. 1973.
(4) Las órdenes y las noticias entre los hermanos masones, tanto extranjeros, peninsulares y novohispanos corrían entre los centros de comerciantes, militares e intelectuales de Charleston, Nueva Orleáns,La Habana y Veracruz. “Apuntes sobre el Destino Manifiesto”, L. Pérez de León. 1998.
(5)El acucioso investigador de la Masonería Antonio Gibaja y Patrón, asienta en el II tomo de su Obra: “Las Revoluciones sociales de México”, la declaración del general Dávila: “Señores, ya ustedes me han obligado a proclamar la Constitución. Esperen ahora, la independencia de la Nueva España, que será el resultado de todo esto”.
(6)Existe en el Archivo de Indias de la ciudad de Sevilla un buen legajo de cartas escritas por don Luis de Onís, Plenipotenciario de la Corona Española en Estados Unidos quien por más de diez años, informó con el nombre de “Correspondencia secreta”,los virreyes de Nueva España y a los gobernadores de Cuba, de todo el tejemaneje de los presidentes de ese país apoyando las insurrecciones de los liberales y de la confección de un mapa trazado, sobre la información geográfica que obtuvieron del Barón de Humboldt, y este, de los ingenieros del Colegio de Minería de la ciudad de México.“Apuntes sobre el Destino Manifiesto” L. Pérez de León, 1998.
(7) “Apuntes sobre el Destino Manifiesto”, L. G. Pérez de León.
(8) Cuando el 22 de febrero de 1819 se firmó en Washington entre el Ministro Plenipotenciario de España don Luis de Onís y el secretario de los Estado Unidos John Q. Adams, el tratado de límites entre esa nación y la Nueva España; quedaron demarcados, desde la desembocadura del río Sabina en el Golfo de México; hasta los 42 grados de latitud en la costa del Pacífico. A. Gibaja y Patrón, Tomo II
(9) “Historia de México”, Lucas Alamán Escalada
(10)”Apuntes sobre el Destino Manifiesto angloamericano”, Luis G. Pérez de León
(11) ” Apuntes sobre el Destino Manifiesto angloamericano”, Luis G. Pérez de León
(12)Asienta en Obra Don Lucas Alamán en “Historia de México” tomo V, pág. 103.
(13) “Historia de México”, Lucas Alamán Escalada
(14) “Apuntes sobre el Destino Manifiesto angloamericano” Luis G. Pérez de León.